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“Hay que contar con las mujeres para establecer otro orden de prioridades que humanizarán la ingeniería y la tecnología, poniendo en el centro el bienestar de las personas y la sostenibilidad del planeta”

24/10/2022

 
SARA GÓMEZ, DIRECTORA DEL PROYECTO MUJER E INGENIERIA
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¿Cuál es el papel que está desarrollando la ingeniería en la sociedad actual?  
A veces pensamos que la ingeniería es una profesión relativamente nueva, la realidad es que de una u otra manera ha existido siempre. Pensemos en la rueda, en la palanca o en la revolución agrícola (8000 a.C.). Pensemos también en los avances de las culturas griega o romana, en Europa. O en las culturas mesopotámicas y babilónicas en Ásia, o en los incas y aztecas en América.

En mi opinión la ingeniería ha sido, es y será la profesión protagonista del progreso social y económico y autora de todos los cambios sustanciales de la humanidad.  Gracias a la ingeniería y a sus aportaciones, el ser humano ha logrado desarrollarse y avanzar hasta la sociedad en la que vivimos actualmente. En los últimos siglos, todos los avances de la ingeniería han ido ligados a una revolución. La primera revolución industrial la protagonizó la máquina de vapor y supuso un cambio de modelo social y económico en Europa. En la segunda las ramas protagonistas de la ingeniería fueron la electricidad, los automóviles, los aviones y la producción en masa. Después de la segunda Guerra Mundial, la microelectrónica, las computadoras, las telecomunicaciones, internet….

Todos estos avances tecnológicos han cambiado el mundo de forma sustancial no han sido solo revoluciones industriales, también lo han sido sociales, y han hecho posible el progreso.
Estamos ahora inmersos en la cuarta revolución, la que algunos denominan la de la inteligencia artificial, considera que ésta es de un enorme alcance, la más rápida y la más profunda, una revolución en la que la ciencia, la tecnología y la ingeniería son las protagonistas indiscutibles.

Estamos hablando de Inteligencia Artificial y Machine Learning que nos permite analizar conjuntamente ingentes cantidades de datos, eliminando los errores humanos y creando herramientas fiables y fáciles que nos permiten tomar decisiones acertadas.

Blockchain, en este momento usado principalmente en las criptodivisas, pero que se aplicarán en la seguridad alimentaria o la propiedad intelectual. Internet con la ayuda del 5G, el Edge Computing producirá una verdadera revolución en ciudades inteligentes, vehículos y drones autónomo. Será posible un sistema de transporte interconectado con evidentes beneficios medioambientales y sociales. Con la Computación cuántica cambiaremos los bits por los cubits que harán cálculos complejos inimaginables para las computadoras actuales. Nanotecnología, ya se usa esta tecnología en el ámbito de la salud para vendajes quirúrgicos para crear órganos o para hacer diagnósticos más certeros. Podemos manipular estructuras y manejar células, virus y trazas de ADN, utilizando robots y herramientas de tamaño microscópico.

Otros retos indiscutibles son la producción de alimentos para una población que crecerá un 50% hasta 2050, la obtención de agua de la atmósfera o la construcción de centrales energéticas en el espacio. Todo esto en el entorno de conseguir la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

¿Cuál es el papel de las universidades en la formación de los futuros profesionales de la ingeniería?  
Más allá de que considero que las universidades tendrán que cambiar sustancialmente sus estructuras, su misión y sus métodos, conviene recordar que existen evidencias, resaltadas en estudios muy rigurosos y serios, que advierten de los frenos a los que se están enfrentando las empresas para abordar la tan manida transformación digital en productos y procesos. La adopción de estas tecnologías se enfrenta a la falta de perfiles profesionales adecuados y a la falta de transversalidad de los perfiles profesionales existentes actualmente.

En este contexto la colaboración estrecha y permanente de las instituciones de educación superior y los empleadores resulta imprescindible. La universidad no puede mantenerse ajena a estos cambios y tiene que prestar el servicio para el que es concebida y, en el caso de las universidades públicas, financiada por todos.

Es importante abrir un debate valiente en las universidades y reflexionar sobre aquellas previsiones bastante contrastadas que nos indican que en los próximos años habrá una reformulación de los perfiles profesionales, más del 50% de las empresas, incluidas en Fortune 500, habrán desaparecido y más del 50% de las universidades tradicionales se habrán derrumbado.

Estamos ante un cambio sin parangón en la historia y debemos dotar a la sociedad de los profesionales en la ingeniería, en la ciencia y en la tecnología, a la altura de tan enorme desafío.
 
  
Riesgos y consecuencias de la falta de mujeres en la ingeniería.
Desde hace casi 20 años padecemos una falta de interés de nuestros jóvenes por la ingeniería sin distinción de sexo, aunque en el caso de las mujeres el problema es aún mayor.
Todos los datos que barajan las organizaciones nacionales e internacionales demuestran que la falta de estos profesionales puede poner en riesgo el desarrollo y el bienestar de la humanidad (UNESCO).
Las mujeres siempre hemos estado infrarrepresentadas en este campo.

Abordamos esta cuarta revolución industrial y la consecución de otros de los grandes retos de la humanidad como son los Objetivos de Desarrollo Sostenible dejando fuera de las estructuras que toman las decisiones a casi la mitad de las personas, a las mujeres.

Tan es así que, el Secretario General de la ONU ha propuesto reunir a líderes de todo el mundo en la que ha denominado “cumbre del futuro”. Uno de los ejes de esta propuesta es regular las nuevas tecnologías. Si se llega a celebrar esta cumbre, prevista para 2023, estarán los líderes de los 193 estados miembros, donde el 90 % de los jefes de estado y de gobierno son hombres, lo que vuelve a dejar sin voz a las mujeres en los lugares donde se toman las decisiones.

En este contexto, no puedo menos que compartir plenamente las palabras de la escritora Mónica Nepote cuando dice que, gracias a la tecnología, estamos ante un “cambio de paradigma” que está transformando nuestra forma de estar en el mundo y que esta tecnología refleja los sesgos y estereotipos de quien la diseña, según ella, hombres blancos y ricos.
​
Contar con los criterios de las mujeres para establecer otro orden de prioridades humanizará la ingeniería y la tecnología, les dará sentido y reflejará claramente su propósito que sin duda no es otro que poner en el centro de todas las decisiones el bienestar de las personas, en especial de las más vulnerables, y garantizar la sostenibilidad del planeta.

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